Ruta de aproximadamente 10 Kms. al mirador del Avaiol y a la Cruz de Caprala.
La ruta de hoy se inicia junto al parking del Restaurante Buenos Aires. En esta ocasión me acompaña Mario.
Desde allí comenzamos en leve ascenso por un camino de asfalto en mal estado que da acceso a los chalets de la zona. Al poco, bifurca y continuamos por otro camino de tierra que surge a la izquierda. En él encontramos marcas de sendero de pequeño recorrido, que pronto dejaremos de seguir.
En el primer cruce, continuamos por la derecha, ascendiendo en dirección a unos chalets.
Continuamos pasando entre los chalets. Al final de estos, se continúa recto adentrándonos en un camino de tierra que discurre por las faldas de la Sierra del Caballo y pasa junto al inicio de la senda de ascenso a esta.
En el siguiente punto, nos desviamos del camino para adentrarnos en una senda paralela a esta por el lado izquierdo. En caso de no localizar este, o alguno de los lugares del camino donde dejamos este para caminar por senda, se puede continuar por el camino. Esta es una alternativa personal que me gusta más que la del camino. Estas sendas dejan y vuelven al camino en varios puntos.
Volvemos al camino y continuamos otro tramo por él, hasta el lugar que se muestra en la siguiente fotografía, donde de nuevo, abandonamos este para adentrarnos por una senda a la derecha cuyo inicio está señalizado con un hito de piedras y asciende hacia la casa del Pino.
Cuando finalizamos el primer tramo de subida, llegamos a un ensanche donde la senda bifurca. En este cruce, nos dirigimos a la izquierda para alcanzar la Casa del Pino.
A escasos metros se encuentra la Casa del Pino, donde hacemos una parada para disfrutar de su privilegiada situación.
Vistas hacia Elda y Petrer desde la Casa del Pino |
Continuamos por el lateral de la vivienda que forma un arco a modo de puerta y sale a un camino que seguimos hacia la derecha, hasta una caseta ubicada frente al otro chalet del entorno.
Rebasamos la caseta y seguimos hacia la izquierda, continuando el recorrido por senda.
La senda desemboca en un camino, que continuamos en ascenso hacia la derecha, hasta alcanzar el Collado Xarpa.
Collado Xarpa |
Rebasamos el collado y el camino comienza a descender hacia el Avaiol. A pocos metros del collado, nace una senda a la izquierda, por la que nos adentramos.
Cuando la senda comienza a ascender lo hace entre la roca, hallándose relativamente bien delimitada por piedras en ambos lados de la misma.
Llegamos al cruce que se muestra a continuación, donde un panel indicador nos informa de la dirección donde se encuentra el mirador.
La senda asciende un poco para alcanzar el mirador del Avaiol, donde nos encontramos con la sorpresa de la colocación de unas banderas de oración.
Desde allí se tienen unas estupendas vistas y es un lugar ideal para almorzar y pasar un rato en él.
Vistas de la cruz de Caprala desde el mirador del Avaiol. |
Continuamos con el recorrido volviendo sobre nuestros pasos al cruce donde se informa de la localización del mirador y continuamos recto, siguiendo el itinerario que dejamos para subir.
En seguida se alcanza el collado del Arenal de Pruna, que queda a la izquierda. Lo cruzamos y seguimos recto. En este tramo hay que guiarse por las marcas de sendero de pequeño recorrido y por los hitos de piedra. Como referencia tendremos el promontorio donde se alza la cruz, junto al antiguo arenal de Pruna.
Para continuar la ruta, volvemos de nuevo al collado del Arenal de Pruna, donde nos dirigimos a la derecha, para descender por senda a las faldas de ese antiguo arenal.
La senda alcanza un camino por el que continuamos en dirección a las faldas de la Sierra del Caballo. El principio del camino es bastante empedrado, pero luego se ensancha y mejora su firme.
Abandonamos el camino en el punto que se muestra en la siguiente fotografía, para adentrarnos por senda a la derecha, que como en la ida, nos gusta más que el camino, pero se puede continuar por el camino si no se localiza la senda o si así se prefiere.
La senda vuelve más adelante al camino y, un poco más adelante, volvemos a adentrarnos por la que discurrió la ida.
Volvemos nuevamente al camino por el que continuamos por lo andado al principio para alcanzar el lugar de inicio y fin del recorrido.